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SOCIOLOGÍA EDUCATIVA

La educación tiene una estrecha relación con la sociedad, y con las formas pedagógicas propias de cada cultura cuya íntima correspondencia con los sistemas sociales generales nos permiten pensar a la educación como un perfeccionamiento personal, y al mismo tiempo colectivo Si aceptamos, entonces, el hecho de que la educación es parte del desarrollo evolutivo de las sociedades humanas (estructural, social o naturalmente hablando), parece no existir obstáculo alguno para realizar de un modo sistemático un estudio sociológico de la misma.

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La educación es un fenómeno eminentemente social, tanto por su origen como por sus funciones, y presenta las dos características de los hechos  sociales: la objetividad y el poder coercitivo. Es una realidad social susceptible de observación y, por tanto, de tratamiento científico.

La aparición de la Sociología de la educación como ciencia puede considerarse como culminación de un proceso natural de hechos. Puede ser definida según entendemos como el estudio científico de los factores sociales que concurren en las realizaciones e instituciones educativas, sin embargo, ¿interesa al educador el saber sociológico como base científica para una mejor realización de su misión? Si la educación, tanto en las sociedades primitivas como en las actuales, como ya afirmamos, es la trasmisión de modos de vida, pautas o modelos sociales de las generaciones adultas a las jóvenes, dicha trasmisión se da de manera colectiva y se renueva conforme avanza el cambio social, dejando una huella profunda en cada individuo. El carácter eminentemente social de la educación estará determinado por el hecho de que los seres humanos nacen y mueren, por tanto, todo hecho social se realiza a través de mecanismos colectivos, generándose procesos, formas institucionales y leyes características de la evolución o desarrollo humano.


Algunos de los aspectos que caracterizan a la Sociología de la Educación, son los siguientes:
1. Es una sociología especial, debido a que se ocupa de alguno de los aspectos concretos de la sociedad.
2. Es una ciencia de la educación, ya que tiene como objeto de estudio a la educación.
3. Es una disciplina explicativa y descriptiva, porque pretende y tiene como objetivo principal intervenir en el proceso educativo.



Características de la Sociología Educativa.

Empírica: Porque parte de la observación de los hechos, datos e información entorno a ellos.
Teórica: Porque se basa en teorías en las que trata de explicar la realidad.
Abierta: No es dogmática.
Moralmente Neutra: En la cual no se mezclan los sentimientos, predisposiciones o creencias para que pueda ser un estudio científico. Necesita estructurar una sociedad sin que influya la cultura, raza, religión o cualquier otro aspecto de carácter moral o ideológico.
Critica de la sociedad: Ha de ser veraz y juzgar con serenidad e independencia el mundo que lo rodea.

Principios Sociológicos.

Es el proceso de socialización a través del cual las personas adquieren y desarrollan capacidades dirigidas con un fin social.
Dentro de los principios sociológicos tenemos: 

La educación como fenómeno social.

La Educación se concibe como un proceso de formación y desarrollo del sujeto con el fin de insertarse en una sociedad determinada. El hombre, ser social por naturaleza, se hace o rehace en la mediada en que es educado. La Educación tiene el objetivo de transformar al hombre creado por el medio en un ente social, con capacidades para vivir en un mundo inmerso en procesos complejos a los cuales deberá adaptarse y convivir entre ellos; es por ello que el presente trabajo tiene el objetivo de caracterizar la Educación como un fenómeno social complejo.


Etimológicamente el término educación deriva del latín educare, formada por una palabra más antigua educere. Esta última compuesta por la partícula “ex” que significa fuera y “ducere” que significa conducir. Teniendo en cuenta estas palabras puede darse una primera significación del término, definiendo educación como: Conducir desde afuera. Sin embargo, al hacer un análisis de la literatura se encuentra que “exducere” ha significado engendrar y “educare” perfeccionar lo engendrado.



La educación como instrumento de liberación.

Desde la antigüedad, la educación ha sido considerada como un importante instrumento en la configuración del ser humano, para hacer de él un ser mejor y más pleno. Sin embargo, y sin olvidar este rasgo de la educación, a lo largo de la historia ha ido cambiando su función y significado, en relación al momento histórico de las sociedades humanas. Una de estas maneras de entender qué es la educación, es aquella que la define como un proceso de emancipación o liberación del ser humano. De esta misma definición se infiere, por lo tanto, el papel que la educación debería jugar dentro del contexto social, esto es, la de servir de medio de liberación del sujeto. Considero que esta definición de educación es la que más se ajusta a una visión que, desde una perspectiva humanista y dentro de la mejor tradición filosófica, enfatiza el papel central del hombre y de las múltiples posibilidades que tiene, de realizarse íntegramente en tanto ser humano. En el presente texto se trata de desarrollar esta idea, destacando el rol que la educación debería asumir en el mundo actual. Al hacerlo, se deduce el rechazo a visiones estrechas y tecnicistas puestas en boga en los últimos tiempos y que, en sociedades como la nuestra, ha desvirtuado el sentido y la finalidad de la educación, desnaturalizándola y reduciéndola a un pedagogisismo exagerado sin ninguna utilidad. 

Por una educación liberadora.

La idea de la educación como proceso de liberación del ser humano no es nada nueva. Ya Kant afirmaba que el hombre llega a ser hombre por medio de la educación. Es decir, la educación no sólo es, o debería ser, liberadora, sino que tal liberación también se debería entender como la posibilidad de “humanizar” al hombre. Al fin de cuentas, la educación es una expresión esencial y privativa del ser humano pues, en sentido estricto, sólo él se educa, los animales no. En ese proceso de humanización que conlleva la educación pues, el hombre no sólo asume su propia naturaleza, sino que encuentra a través de ella, una posibilidad de liberarse de ataduras de todo tipo y de realizarse en conjunto con otros seres humanos. Este último aspecto es importante, pues continuamente se olvida que el ser humano es, por naturaleza, un ser social. Claro que este objetivo no está presente en todos los métodos o formas de educación, sino sólo en aquellos que tienen claro el papel de este proceso. Pensemos, por ejemplo, en el tipo de educación que se imparte en nuestra sociedad actual. Este modo de educación busca, más bien, multiplicar las formas de enajenación que se derivan de un sistema opresivo. De ahí que se sigan reproduciendo y fomentando métodos educativos que ven al educando como un ser pasivo, marginal e ignorante. Se debe romper con esta visión del proceso educativo, pues tanto el alumno como el maestro o el padre y el hijo, aprenden mutuamente, lo cual no significa, como mal intencionadamente se afirma en ocasiones, derivar en un relativismo en el que cada cual hace lo que le parezca. Afirmar que en un proceso de educación ambas partes aprenden significa estar abierto a nuevas consideraciones y posibilidades de aprendizaje, dado que el ser humano nunca termina de aprender. Además, también involucra la idea de responsabilidad, pues no se trata de hacer lo que me parezca, sino de hacer lo que mejor contribuye a mi realización como ser humano. Otro rasgo fundamental de una verdadera pedagogía liberadora, es el de fomentar en el sujeto un pensamiento crítico, incentivándole a asumir una actitud cuestionadora de la realidad en la que está inmerso. En este sentido, la educación adquiere el papel de instrumento político, en tanto que se constituye en la herramienta idónea de renovación y transformación de los seres humanos y la sociedad en la que viven. De los muchos pensadores que han propuesto esta manera nueva de entender la Pedagogía, está Paulo Freire. Este reconocido educador brasileño es en los últimos tiempos, tal vez, quien más ha insistido en el papel liberador de la educación. Para él, una verdadera educación sólo es posible en tanto tenga como objetivo primordial la humanización de la sociedad, lo que únicamente se dará en cuanto tal educación persiga la liberación del individuo. Por eso mismo, Freire se opone a la tradicional forma de enseñar, esto es, aquella en la que el educando es pasivo y sólo acepta mansamente lo que la autoridad, sea el padre o el maestro le da, sin cuestionarlo. Dicho tipo de educación ha fomentado seres pasivos que aceptan todo sin poner en duda si eso que se les dice es verdad. Claro, esta forma de educar favorece a un sistema que lo único que busca es hacer de las personas seres consumistas, pues eso beneficia al “mercado”, ese ámbito mágico y misterioso que lo resuelve todo. En un sistema perverso como el capitalismo, lo mejor que puede pasar es contar con un rebaño obediente y codicioso, y no con seres pensantes y cuestionadores.


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